En cuanto al idealismo, es un campeón. Le gusta sacrificarse por los demás, y aspira a hacer del mundo un lugar mejor. Sólo haciendo donaciones se siente vivo.
Tiene una visión amplia de la vida, y no se detiene en los pequeños detalles. Todo esto es una persona tocada por el número de ángel 90.
Número 90 – ¿Qué significa?
Hace amigos con mucha facilidad, y siempre está bien rodeado. Éstos le son útiles, ocupando su lugar en ámbitos que no le interesan. No tiene ideas preconcebidas sobre las cosas, y no le gustan los prejuicios.
Le gusta tener su propia idea de… las cosas, y trata de conocer a los que le rodean. Su gran creatividad e imaginación le ayudan a aprovechar todas sus habilidades.
Se siente mucho más atraído por los sectores empresariales, donde hablará de dedicarse a los demás.
Se niega a ver que el mundo va mal, y hará todo lo posible por mejorarlo. Lo ve a lo grande.
Siempre es humilde en lo que hace, aunque a los demás les parezca extraordinario. Tendrá que aprender a poner límites y a conformarse con sus proezas.
El «90» es bastante romántico. Vive en su burbuja y se olvida de su propia persona. Puede distanciarse o ponerse de mal humor cuando no alcanza los objetivos que se propone.
También puede volverse: Designa a los demás como responsables, cuando las cosas no van bien. Sabe dar un paso atrás, para analizar las cosas cuando las cosas van mal.
Tendrá que centrarse en sí mismo, para evitar los excesos. Será necesario un equilibrio entre las cualidades y los defectos, para obtener más serenidad.
El significado secreto y el simbolismo
Sólo la verdadera Fe da acceso al conocimiento y permite acceder al nivel superior. Con el número 90 se completa un ciclo y comienza uno nuevo. Es un logro deseado y exigido por la Voluntad divina. Por eso el 90 es un número sagrado.
La Fe en cuestión no es en absoluto una lista de preceptos aprendidos y recitados mecánicamente.
Al contrario, es una convicción vivida y profundamente sentida de la existencia de Dios y de las maravillosas leyes que rigen la creación.
Con la Fe, el espíritu humano adquiere la madurez que le permite continuar su evolución en las vastas y elevadas esferas espirituales que son, en última instancia, su verdadera Patria.
El simbolismo del número 90 puede verse en todas partes, incluso en la materialidad terrestre. Piensa, por ejemplo, en la gestación humana. Su duración es de 90 meses.
Al final de este ciclo llega el nacimiento del niño y con él un nuevo ciclo, los primeros años infantiles de su nueva vida terrenal.
En astronomía, contamos 90 planetas desde el Sol: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón. En astrología, se considera que la energía del 9º planeta, Plutón, permite la transformación y regeneración del nativo.
En física, es posible calcular la gravedad que reina en las proximidades de un cuerpo cósmico (por ejemplo, un planeta). Esta cantidad designada habitualmente por la letra g aumenta a medida que nos acercamos a la superficie del cuerpo cósmico.
Ahora toma un poco de altura. Las artes han acompañado a la humanidad desde el principio de los tiempos. Pero ¿de dónde sacan los artistas su inspiración? Algunos testimonios nos dejan sin palabras. El de Beethoven, por ejemplo. Este gran compositor se expresa en estos términos
«Al atardecer, cuando admiro con asombro el cielo y el impresionante número de estrellas radiantes, mi espíritu se eleva, mucho más allá de las estrellas, hacia la Fuente Eterna de la que procede todo lo creado y d donde fluyen infinitas creaciones nuevas.
Sí, tiene que venir de lo Alto para poder tocar los corazones. De lo contrario, la música no es más que notas frías, un cuerpo sin alma. «(Citado por Alfred Grégoire, músico de la orquesta de Mulhouse)
El Maestro nos explica que su inspiración es de origen celestial. «Tiene que venir de lo Alto. «, nos dice.
El amor y el número de ángel 90
El objetivo de una persona representada por el número de ángel 90 es sentirse libre para moverse y tomar decisiones. De todos modos, su carrera no es nunca anodina ni aburrida y siempre se asegura de dejar su trabajo, si por casualidad la rutina y el desinterés llegan a instalarse en él.
Profesiones favorables: Las profesiones favorables al número 90 están principalmente relacionadas con los viajes (azafata, auxiliar de vuelo, piloto, turismo y periodista internacional), el sector público o social, las tecnologías nuevas o avanzadas, la filosofía o el ocultismo.
Consultoría, escucha, profesiones relacionadas con el derecho, lo internacional, la investigación, la ciencia, el ejército, la policía… A veces la psicología, la videncia, la astrología, el magnetismo, el bien ser, los masajes, lo humanitario, lo audiovisual..
La primera parte del gráfico (el círculo) simboliza el ciclo de nuestro viaje espiritual. En efecto, aprendemos en el Mensaje del Grial (el folleto de presentación de esta Obra se puede descargar con el enlace situado al final de esta presentación) que cada espíritu humano abandonó un día el plano espiritual en el que permanecía en estado de germen de la mente inconsciente para sumergirse en las profundidades de la Creación.
Por tanto, este «destierro del paraíso» no es en absoluto un «castigo», como a veces se afirma falsamente, sino, por el contrario, el comienzo de un maravilloso viaje enriquecedor y formativo que debe permitir al germen de espíritu despertar a la conciencia y desarrollar las maravillosas facultades que lleva dentro.
Datos interesantes sobre el número 90
Una comparación nos ayuda a comprenderlo: al igual que el germen de trigo debe plantarse en la tierra para comenzar su desarrollo, el germen del espíritu debe sumergirse en los planos materiales de la Creación, terreno fértil en el que puede crecer y desarrollarse. Desarrollarse.
Para ello, su deseo naciente, que se despierta lentamente, es suficiente para iniciar el proceso. La vibración espiritual pura del germen espiritual entra entonces inmediatamente en contacto con la Fuerza divina que, en todas las partes de la creación, está preparada, ayudando y actuando.
Con la Fuerza que se le da, el germen de espíritu se pone en movimiento y comienza su descenso a las profundidades de la Creación.
Al hacerlo, en el camino, vive muchas experiencias que le enriquecen y le permiten desarrollarse. Las encarnaciones terrestres son una de ellas. Cada encarnación es una oportunidad de progreso.
Aprovechando las enormes oportunidades que ofrece nuestro magnífico planeta, cada espíritu humano en evolución puede obtenerlo todo, para su propio desarrollo y para el enriquecimiento de toda la humanidad.
Las Artes, las Ciencias y las Letras deberían haber alcanzado hoy una plenitud extraordinaria. La felicidad, la alegría y la armonía deberían reinar en todos los países de la Tierra.
Sin embargo, querido lector, ves como yo que no es así. «Algo» ocurrió y el tren descarriló… pero dejemos eso por ahora y volvamos a la normalidad.
La mente humana, ahora madura, ha aprendido a conocerse a sí misma y a conocer el funcionamiento interno de la inmensa creación.
Ahora tiene conocimiento, no un conocimiento intelectual que suele ser pretencioso y siempre efímero, sino un conocimiento verdadero, es decir, una comprensión profunda de las cosas y de las maravillosas leyes divinas que rigen la Gran Creación.
Una mente así ha adquirido la Fe. La verdadera Fe, es decir, la convicción.
Por lo tanto, le es posible «volver a subir» para unirse al alto plano espiritual que dejó una vez en el estado de germen inconsciente del espíritu.
Entonces celebra su resurrección de la materia, en el Paraíso, que equivale a su redención.
Y como todo es movimiento en la creación, comienza entonces para él un nuevo ciclo, que está representado por el arco que escapa del círculo.
Ver al Ángel número 90
Sin embargo, esta asombrosa revelación no es nueva. Según la leyenda, el filósofo Platón habría construido en su escuela un altar dedicado a las Musas.
Se trata de las Musas descritas en la mitología griega. Platón veía a estas entidades femeninas como mediadoras capaces de aportar inspiración al poeta. «Todo el mundo sólo es capaz de componer con éxito en el género en el que le empuja la Musa.
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