El murciélago, con su aspecto de diminuto demonio errante, es siempre un poco la representación esquiva del miedo.
Su figura de máquina voladora del Renacimiento, su color negro e impreciso, su chillido penetrante y agrio e incluso su extraña forma de dormir, son elementos suficientes para que la fábula del espanto y el artilugio del horror surjan en su entorno.
Ver un murciélago en casa – Significado
Para la mayoría de la gente, estos animales evocan historias de casas encantadas, cementerios y vampiros sedientos de sangre.
Pero la verdad de estas historias es tan fascinante como los mitos que las rodean. Los murciélagos, lejos de ser los monstruos de las leyendas populares, tienen realmente una importancia capital para la vida de nuestro planeta.
La aversión general que acompaña a estos animales debe atribuirse a sus hábitos nocturnos, a su parecido con los ratones, a su temible estructura facial, a la extraña conformación de sus miembros o al siniestro entorno de sus refugios.
Su extravagante aspecto ha hecho que la imaginación popular los convierta en animales ominosos, compañeros inseparables de brujas y duendes.
El murciélago, por su condición de mamífero y volador, sirvió a Pedro para recrear la fábula en la que los pájaros estaban en guerra con los cuadrúpedos, con la explicación moralizante de que quien quiera congraciarse con dos bandos opuestos acabará siendo ingrato con ambos.
Alusivo a su carácter mamífero, es el acertijo que dice: «Estudiante que estudia filosofía, ¿cuál es el mamífero que vuela y se reproduce?»
Este mamífero, por su similitud con el ratón, ha sido llamado ratón volador.
En esta característica basa Esopo la fábula El murciélago y las comadrejas, en la que instruye sobre la necesidad de adaptarse a las circunstancias y cuya moraleja tiene un matiz político.
San Isadora dice que es un animal parecido al ratón, que emite chillidos y que por su aspecto externo es un ave y un cuadrúpedo a la vez.
En la antigüedad el murciélago era un símbolo de vigilancia o alerta y se decía que su ojo protegía de la somnolencia.
En este sentido, el propio Alciato compara al murciélago con un discípulo de Sócrates que, a causa de estudiar y trasnochar por sus estudios, perdió el color y se volvió ojeroso y amarillo.
La lección que hay que aprender es que las tareas no se pueden realizar sin un trabajo dedicado y constante.
Según el Libro de las Utilidades de los Animales, cuando se coloca la cabeza de este animal en una almohada bajo la cabeza de un hombre, éste ya no duerme.
Aeliano recoge la creencia de que un simple toque de los murciélagos hace que los huevos de las cigüeñas queden huecos e infértiles y para evitarlo llevan hojas de plátano a los nidos; así, cuando se acercan a ellos quedan paralizados y no pueden hacer ningún daño.
Para los griegos el murciélago era un animal híbrido, con un aspecto siniestro y fantasmal. Se le consideraba un símbolo de la inteligencia, probablemente por su capacidad de volar de noche sin tropezar con los obstáculos.
Debido a su condición de híbrido, descrita en los libros de Historia Natural, se le ha atribuido el simbolismo de la hipocresía.
También contribuyó a este significado la fábula etiológica de Esopo titulada «El murciélago, el arbusto y la gaviota»
Junto con las aves rapaces nocturnas han sido bautizadas como los señores de la oscuridad. En una de sus fábulas Esopo comenta que, al igual que el búho y otras aves nocturnas, huye de la luz del día porque ha cometido un delito y desea esconderse; en este caso simboliza a los que se esconden de los acreedores.
Alciato, en su emblema LXII, dedicado al murciélago, que aparece al atardecer, sirve para designar a los hombres de mala reputación, que no salen de casa ni de los lugares públicos por miedo a la justicia, a los filósofos que se confunden y sólo ven falsedades y a los astutos que hacen maniobras oscuras y no tienen crédito en ninguna parte.
Según Marino Ferro, en algunas obras de inspiración germánica es un atributo de la envidia, ya que al igual que el murciélago no vuela sino al anochecer, los envidiosos trabajan en la sombra y no se muestran a plena luz. Piero Valero asocia la luz con la sabiduría, mientras que la oscuridad en la que el murciélago desarrolla su actividad representa la ignorancia.
En muchos bestiarios medievales se afirma que, allí donde los murciélagos deciden permanecer durante mucho tiempo, se aferran unos a otros y forman grandes grupos, una especie de servicio amoroso recíproco como sólo se puede encontrar raramente en los humanos. Esta loable actitud no se impuso en la creencia popular.
Una antigua superstición estaba arraigada en algunas zonas rurales donde existía la costumbre de clavar murciélagos en las puertas para protegerse de los demonios nocturnos y malévolos. Las gotas de sangre de murciélago bajo la almohada de una mujer le aseguraban la bendición de tener hijos.
Ver un murciélago en casa – Simbolismo
En Occidente se le considera una criatura siniestra que supuestamente se enreda en el pelo de los seres humanos. En Soria, cuando un murciélago entra en una casa, creen que uno de los miembros de la familia va a morir; si se posa sobre un familiar, éste será el muerto.
En Cantabria se decía que eran criaturas diabólicas de siete meses que esperaban a las brujas en el crepúsculo para acompañarlas a Cernégula (Burgos) cuando se colgaban de una viga.
El odio del pueblo llano hacia estos animales se explica porque lo suponían una forma de transmutación de las brujas y sabían del uso que se hacía de ellos.
Nótese que en la misma región, de esta criatura noctivaga, se recoge el curioso acertijo que indica la posición adoptada bajo el cobijo de unos aleros.
Amades menciona la creencia de que cuando los murciélagos vuelan lejos de las zonas pobladas, es señal de buen tiempo, ya que, cuando la temperatura es baja, nunca se alejan de los núcleos de población.
También se cree que cuando vuelan en abundancia y de noche anuncian buen tiempo.
En muchos pueblos españoles, sobre todo castellanos, tienen la costumbre supersticiosa de clavar detrás de la puerta un murciélago que haya entrado en la casa, porque se considera un amuleto de buena suerte.
En la fauna, hay animales para los que existe un nombre objetivo, pero a los que se atribuyen características reales o imaginarias, a menudo heredadas de supersticiones y miedos atávicos, que revelan las creencias en los nombres que reciben.
La expresividad maléfica del murciélago se manifiesta en la tradición de algunas partes de la geografía gaditana con nombres como diablo y pájaro del diablo. Sin embargo, en el folclore popular el nombre de murciélago es una denominación humorística para los noctámbulos.
Los fenómenos celestes y las constelaciones ocupan un lugar selecto en los mitos etiológicos de Sudamérica. Así, entre los bakairi está extendida la creencia de que los eclipses son causados por enormes murciélagos que ocultan el cielo con sus alas.
Para los indios Zuni, los murciélagos son heraldos de la lluvia. En un mito de los indios chami, el héroe mítico Aribada mata al murciélago Inka, para apoderarse de su poder de dormir a sus víctimas.
Lo trata con cuidado, por temor a que no sea más que un atua (espíritu) disfrazado de animal, porque no le perdonará que lo trate brutalmente y se vengará robándole continuamente sus frutos.
En África, según una tradición iniciática peul, el murciélago tiene un doble significado. Por un lado, es la imagen de la perspicacia, ya que ve incluso en la oscuridad cuando todo el mundo está sumergido en la noche.
Por otro, es la figura del enemigo de la luz, el extravagante que lo hace todo a contrapelo y que lo ve todo al revés, como un hombre suspendido por los pies.
Frazer dice que en algunas tribus de Victoria (Australia) el murciélago pertenece a los hombres, que lo protegen de todo daño, aunque tengan que matar a la mitad de las mujeres por su seguridad.
La protección celosa se basa en el hecho de que el hombre cree que su propia vida, la de su padre, hermanos, hijos y otros parientes, está ligada a la de determinados murciélagos y que, al proteger la vida de este animal, protege la de todos sus parientes masculinos, así como la suya propia.
El murciélago es el único mamífero que vuela. Mitad ratón mitad pájaro, es un animal extraño y nocturno, capaz de guiarse por los sonidos. Entre los mayas el murciélago era considerado una deidad. Se han encontrado pictogramas de esta deidad desde hace más de 2000 años.
Los indios nativos de América del Norte del murciélago ya veían en el murciélago un ser muy sensible a su entorno y, por tanto, lo consideraban un símbolo de la intuición, los sueños y la visión. Esto convirtió al murciélago en un poderoso símbolo de los nativos americanos y de los chamanes de la medicina.
A menudo se invoca al espíritu de los murciélagos cuando se necesita una energía especial llamada «visión nocturna», que es la capacidad de ver a través de la ilusión o la ambigüedad para acceder directamente a la verdad de las cosas.
El murciélago es un símbolo de comunicación, porque los nativos americanos observaron que el murciélago es una criatura muy social. De hecho, el murciélago tiene fuertes lazos familiares. Son muy cuidadosos a la hora de mostrar la comunicación verbal, el tacto y la sensibilidad con los miembros de su grupo.
Sin embargo, es un tótem que sólo prueba al principio, cuando aparece por primera vez en la vida de alguien, una vez superadas ciertas pruebas básicas de aprendizaje espiritual, el murciélago es fiel de por vida, sin embargo, los principios con el tótem del murciélago son muy importantes, porque ahí es donde decide si será fiel de por vida o no. Si eres digno de sus enseñanzas o no.
Encontramos en el murciélago un tótem exigente, pero también capaz de proporcionar mucha ayuda, es un tótem capaz de hacernos mucho mejores, de perfeccionarnos, de hacernos tener amor por los demás.
Conclusión
El murciélago es capaz de hacernos ver nuestros demonios interiores, pero también es capaz de ayudarnos a vencerlos. Es un tótem de renovación, y un tótem fuerte, sólo apto para personas preparadas para ello.
Pues bien, no todo el mundo está preparado para los grandes retos espirituales que plantea el tótem murciélago.
Ésta es la razón por la que los chamanes indígenas utilizan el murciélago en sus rituales chamánicos como animal de iniciación, porque esta criatura nos lleva a extremos extravagantes, pero el murciélago siempre asegura que está a nuestro lado mientras estamos en el camino.
Deja una respuesta